El capital social de una sociedad está formado por el dinero y otros bienes y derechos patrimoniales, susceptibles de ser valorados económicamente, que los socios aportan a una sociedad mercantil, ya sea en el momento de su constitución o más adelante.
El primer objetivo del capital social de una empresa es que esta tenga los fondos necesarios para poner en marcha su actividad. Este también funciona como garantía de la empresa frente a terceros: en caso de contraer deudas la sociedad responde con el capital social de que disponga.
Además, el capital social aportado por cada socio es lo que sirve para calcular qué porcentaje de participación tiene en la empresa, lo que implica qué parte de la propiedad le corresponde, sus derechos de voto y participación y también qué porcentaje de beneficios le pertenece.
El artículo 30 del Código Fiscal de la Federación prescribe que las personas obligadas a llevar contabilidad deberán conservarla a disposición de las autoridades fiscales.